Los precios de los vehículos nuevos en España han experimentado un ascenso considerable en los últimos años, lo que está contribuyendo a que la compra de un automóvil se convierta en una operación cada vez más difícil para buena parte de los hogares. Según los últimos datos disponibles, el precio medio de los turismos nuevos en concesionarios oficiales registró un aumento del 38,1 % entre 2019 y el primer cuatrimestre de 2025, pasando de 29.392 € a 40.582 €. En el último año el incremento fue del 9,2 %.
Este aumento muy por encima de la evolución del índice general de precios al consumo (IPC) —que en el mismo periodo se ha situado en torno al 21,2 %— da cuenta de un deslizamiento del coste del automóvil que supera de largo la inflación general.
Entre los factores que explican esta escalada se señala la cada vez mayor electrificación del parque automovilístico, la necesidad de cumplir con normativas medioambientales más exigentes —como el objetivo de emisiones de CO₂ en Europa, que exige a los fabricantes reducir sus medias de 115,1 g/km a 93,6 g/km entre 2025 y 2029— ; así como la integración de tecnologías de seguridad y asistencia en los vehículos (ADAS), que incrementan de facto el coste de producción y por tanto el precio final.
La oferta de modelos “asequibles” se ha reducido drásticamente. En 2019, de los 273 modelos comercializados en España, 104 tenían versiones por debajo de los 17.731 €, lo que representaba un 38 % del total. En 2025, aunque el número total de modelos ha aumentado hasta 285, sólo 60 (el 21 %) cuentan con versiones por debajo de los 23.774 €, lo que refleja una caída del 41 % en la presencia de vehículos de entrada en el mercado.
Por ejemplo, un modelo tradicionalmente económico como el Dacia Sandero se ha encarecido cerca de un 60 % en los últimos diez años, pasando de unos 9.640 € en 2019 a más de 15.300 € en 2025.
El impacto práctico de estos incrementos es claro: los consumidores deben hacer un mayor esfuerzo económico para adquirir un coche nuevo y, en muchos casos, estarían optando por posponer la compra o cambiar de segmento. En el primer cuatrimestre de 2019 se matricularon 436.328 turismos; en el mismo periodo de 2025 apenas 377.889, lo que supone un descenso del 13,4 %.
En paralelo, los precios de los vehículos de ocasión también han subido, aunque de forma mucho más moderada. En 2024, el precio medio de oferta para turismos usados alcanzó los 19.990 €, tras un aumento interanual del 5,8 %.
La tendencia al alza de los precios encierra retos importantes: por un lado, el posible freno al acceso al automóvil, que para muchas familias representa movilidad, acceso al empleo o independencia geográfica; por otro, el riesgo de que aumente la brecha de acceso entre quienes pueden permitirse modelos más caros o electrificados y quienes no. Como advierte el sector, “el cliente debe saber que hay factores externos al sector clave en el encarecimiento de los vehículos” — entiende GANVAM (la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor) —, como la regulación, la transición energética o la escasez de oferta a precios más asequibles.
En resumen, el mercado del automóvil en España vive una etapa de fuertes encarecimientos que van más allá de la simple inflación: se trata de un reajuste estructural impulsado por costes tecnológicos, normativos y de transición que tiene repercusiones reales para los consumidores y para el acceso a la movilidad.
