octubre 26, 2025
Chicago 12, Melborne City, USA
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España aplasta a Bulgaria (4-0) y se acerca a sellar su billete mundialista con una actuación que recuerda a épocas doradas

España ofreció una demostración de poder ofensivo y solidez defensiva al vencer por 4-0 a Bulgaria en partido correspondiente a la fase de clasificación para el Mundial de 2026. La Roja plasmó un dominio incontestable desde el pitido inicial, imponiendo ritmo, posesión y constantes llegadas por bandas. Con esta victoria, España prolonga su racha invicta a 29 partidos oficiales.

El encuentro comenzó con ajustes tácticos que favorecieron la incorporación de laterales ofensivos, generando superioridad en los extremos. Mikel Merino emergió como figura con dos goles de cabeza, uno en cada mitad, fruto de la precisión en los saques de esquina y centros laterales. El primero llegó en el minuto 35, tras una jugada elaborada por la derecha, el segundo justo después del descanso, cuando Bulgaria estaba más replegada.

En la segunda mitad, aunque Bulgaria intentó asentarse y salir del asedio, los españoles mantuvieron control absoluto. Un autogol de un defensor búlgaro al intentar despejar una jugada de ataque permitió al combinado hispano ampliar su ventaja. Finalmente, Mikel Oyarzabal cerró el marcador con un penalti en tiempo añadido, rematando una temporada de clasificación casi perfecta.

El seleccionador Luis de la Fuente expresó satisfacción por la consistencia del equipo, especialmente en los momentos de transición defensa-ataque, y elogió la actitud colectiva: presión alta, recuperación rápida y alternancia de juego entre bandas y zonas interiores. Además, subrayó la importancia de mantener esa intensidad los próximos partidos, ya que aunque el liderato se vislumbra cómodo, aún no está matemáticamente asegurado.

El contexto del grupo añade dramatismo: los rivales directos están presionando, y un fallo podría poner en riesgo ese primer puesto. España, sin embargo, parece tener claro que debe rematar lo antes posible ante Georgia y Turquía para evitar sorpresas.

La afición volvió a responder: gran ambiente en el estadio, apoyos constantes incluso cuando el marcador ya estaba en ventaja. Las gradas celebraron cada acción ofensiva con pasión, y los goles de cabeza de Merino, especialmente, generaron euforia.

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